YO TAMBIÉN FUI MAYORDOMO
Entre los años setenta y ocho y ochenta y uno
por un problema que no voy a desvelar
se metieron unos asuntos por medio
y San Isidro se quedo atrás.
Era un día cuatro de Mayo
cuando me
disponía a salir
llego Manolico antoñón con una cita
que el alcalde nos quería reunir.
Cuando llegamos al ayuntamiento
habíamos doce personas citados
y Juan Antonio alcalde con cara de preocupación
nos dijo que San Isidro se lo habían dejado colgado.
Decía que se había acordado de nosotros
y le teníamos que ayudar
así que poneros manos a la obra
que San Isidro lo tenéis que organizar.
Ninguno le dijimos que no
por respeto a él y San Isidro, nuestro Patrón
solo que como no había dineros
intentemos
hacer lo mejor.
Unos se pusieron a vender entradas
otros se pusieron de porteros
y el resto hasta los doce
lo hicimos de camareros.
Pero a la hora de montar el trono
nuestra sorpresa fue mayor
tuvimos que vendar a San Isidro
para sacarlo en procesión.
Cuando paso aquella fiesta
nos reunimos para pensar
que para el año siguiente
un San Isidro había que comprar.
Aquello se puso en marcha
lo que el pueblo y aldeas respondió
volvimos a andar casa por casa
y todo el pueblo su dinero aporto.
Estuvimos cuatro años luchando
con anécdotas que jamás vamos a olvidad
siempre con nuestra fe en San Isidro
pero sin abandonarlo jamás.
No sé si es porque éramos jóvenes
o porque la ilusión nos invadía
solo por fervor a San Isidro
lo hacíamos con alegría
Hoy varios años más tarde
todos lo tenemos como recuerdo
de haber servido a San Isidro
el Patrón de Periana, nuestro pueblo.
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